Cuando hablamos de recursos naturales que corren peligro de agotarse, siempre pensamos en petróleo y carbón, pero hay muchos otros que se utilizan frecuentemente para la fabricación de aparatos que usamos día a día, y que también tienen los días contados.
La plata, el cobre, el indio, el germanio, el platino… están presentes en nuestros dispositivos electrónicos, y poco a poco y debido a la fabricación masiva de éstos, están desapareciendo.
Los expertos consideran que queda plata para tan sólo 20 años, platino para 15 e indio para 10. Llegado ese momento, el precio de estos elementos se elevaría hasta cifras terriblemente altas.
Lo curioso es que, para un aparato tan pequeño como un teléfono móvil, se usan hasta 60 de estos elementos, y algunos no tienen sustitutos. Son únicos, raros, especiales, y no hay ningún otro elemento en la tierra que pueda cumplir las mismas funciones que estos.
Según otros especialistas, las reservas de minerales de la tierra son inagotables, pero a la vez se realizan estudios para buscar metales valiosos fuera de nuestro planeta.
Las consecuencias del agotamiento de estos minerales van mucho más allá del hecho de no poder fabricar nuevos aparatos electrónicos. Se necesitan fosfatos para la agricultura, diversos metales para la creación de infraestructuras tales como oleoductos, cobre para los cables de electricidad… Son metales fundamentales en nuestro día a día, aunque no siempre lo pensemos, y su agotamiento tendría nefastas consecuencias.
Hay además, un problema que relaciona la falta de petróleo con la escasez de minerales y las dificultades en su extracción. Hoy en día, los minerales tienen menos concentración de metales, por lo que hay que excavar más para conseguir la misma cantidad que hace unos años. ¿Y qué se usa para excavar? Petróleo. El agotamiento del petróleo supondría una imposibilidad de extraer metales.
Si pensamos como una posible solución a este problema la utilización de las energías renovables, no estaremos ni siquiera cerca de resolver el conflicto. Las renovables son todavía muy dependientes de metales raros como el disprosio y el neodimio, por lo que se convierten es elementos esenciales en la preservación de nuestro medio ambiente.
La conservación de los materiales naturales para por un uso más responsable de los mismos, desde el petróleo, hasta los árboles, el agua o los minerales. Su sobreexplotación es la culpable de fenómenos tan dañinos para el ser humano como la reducción de la capa de ozono y el consiguiente aumento de la radiación ultravioleta.
Debemos cambiar nuestros hábitos de consumo y compra de todos aquellos aparatos que están fabricados con estos materiales raros si queremos preservar nuestro medio ambiente, pero no es lo único que podemos hacer.
El reciclaje es otra de las claves, y es un sencillo ejercicio que todos podemos poner en práctica. Objetos de nuestra vida diaria, como las latas de conserva, los tapes de los botes de cristal, las bolsas interiores de la leche en polvo, latas de cerveza y refrescos, cacerolas… están hechas de metales, y se pueden reciclar para que tengan una vida nueva.
La responsabilidad de tener un planeta más sostenible está en nuestras manos, con sencillos gestos que pueden significar mucho.
Todo eso es cierto,aunque hoy he leído un artículo que dice que en el fondo del mar existen minerales en gran abundancia,entre ellos,el tan preciado cobre.Entonces se presenta la disyuntiva:¿Los sacamos del fondo del mar o eso también va a perjudicar al planeta en su bio-diversidad ?.